Me había pasado el día rogando, suplicando al Ser Supremo, calmase un poco mi alma, me diera algún sosiego.
Caminaba por las calles, anhelando encontrarte en ellas, solo ansiaba poder estrecharte de nuevo sentir tu calor en mi pecho.
No fue ninguna alucinación, ni siquiera fue un sueño, al fondo de un jardín te ví corriendo; Me acerqué muy despacito, no eras tú, pero.. tu carita estaba en aquel rostro. ¡Chica!, te llamé desesperada te volviste hacia mi, cogiéndote en mis brazos, llorando te subí.
¡Sentí dentro de mi tanta dicha!, acariciándote, mirándote, besándote, susurrándote al oido: "Chica, Chica, ¡Cómo te he echado de menos!" Sabía que no eras tú, pero.... tenía en mi pecho una carita que me miraba, que comprendía.
Volví a sentir tus ojos, tu pelo, tus caricias, por unos segundos creí, ¡Dios te había devuelto a mi! Pero se acercó tu dueño, te bajo de mis brazos, comprendió mi pena, nos estuvo observando. Viendo volvías a mi, querías te cogiera en brazos, nos permitió a las dos sentirnos, algo estaba pasando. -II- Pero la realidad volvió y ella nos separó. te ví alejarte despacito, incluso te volviste, me decías adiós. Sus ojillos eran los de ella, pero no era "Mi chica", era alguien que tenía su misma carita, que dejó la abrazase, quizá sabiendo mi agonía.
Lloraba desesperadamente, el corazón me dolía, sentía dentro de mi tanta angustia.. viéndote como te ibas, tras una persona extraña. ¡Dios mío, se la llevan, no es la Mía!
@ Katy Domínguez Gómez