¡Te
echo tanto de menos!
Para
ti Querida chica.”Vamos al Agua”
¡Cuantos
días y años bajaste conmigo éste sendero!
Caminabas
a mí lado, me mirabas, yo te hablaba,
notaba
tu cansancio, te cogía en mis brazos,
y
las dos juntas, compartíamos éste universo.
Soportaste
mis lágrimas, mis sufrimientos, mis silencios,
dándome
a cambio tu entereza, tu presencia,
tu
cariño tan intenso.
¡Ten
cuidado, Chica!
No
te vayas a caer,
¡Ven
aquí, a mí lado!
Para
que te pueda proteger.
Y
presurosa, tu venías,
a
mí vera otra vez,
para
poder las dos juntas,
terminar
el sendero al atardecer.
Fuiste
mí hijita querida,
donde
yo volqué mí desesperación,
aquella
que no arrancaba de mí pecho,
los
puñales de tanto desamor.
Nos
sentábamos,
siempre en la misma roca,
tu
a mí lado, mirando nuestro mar,
más
al fondo, rocas negras erosionadas,
con
las aguas que venían y luego se van.
Sonidos
bravos, dulces a nuestros oídos,
ni
la mejor sintonía, compuesta por los Maestros,
llenaban
nuestro espíritu tan hambriento.