Tienes el mar atrapado en tu mirada.
Y es tan inmensa tu mirada,
que hasta me siento un nauta sin rumbo,
cuando navego perdido
por los confines de tus ojos verdes.
Tienes el mar reflejado en tu semblante.
Y es tan bello tu semblante,
que no existe navegante que no quiera naufragar,
en tus labios anhelantes
cuando arrecia el temporal.
Tienes el mar dibujado en tu sonrisa
Y es tan linda tu sonrisa,
que hasta te soplan las brisas cada vez que pestañeas
y hasta siento las caricias
en el dolor de tus mareas.
Tienes al mar desbordándose en tus lágrimas
que no cesan de brotar,
por tus ojitos de pena
cuando varada en la arena
se desata el vendaval.